jueves, 26 de julio de 2012

ENSALADA CHORICERA DE TOMATE

Fotos: Fran Chef
Estamos en verano. Abro la nevera y me encuentro unos excelentes chorizos curados que he comprado en la tienda de Guillermo en A Pena do Foxo. ¡Cómo me gusta comprar en ese ultramarinos con sabor a antaño! Allí encuentro lo que necesito y, por supuesto, disfruto de la magnífica presentación de sus fiambres, especialmente el jamón ibérico. ¡Huuumm, que se me hace la boca agua!

Pues bien, qué podría hacer con unos chorizos en esta época estival. ¡Qué suerte que se ha cruzado en mi camino Jaime Oliver! Voy a preparar una ensalada.

INGREDIENTES   /  MATERIA PRIMA

Un par de buenos chorizos curados (los que Guillermo comercializa son de la marca Chorigal)   /    Media cebolleta o cebolla tierna     /     Tres tomates rojitos duros    /     Un par de dientes de ajo   /   Aceite de oliva virgen extra (simplificado, AOVE)    /    Un buen chorro de vinagre    /    Un generoso ramillete de perejil     /   Sal (opcional)

ELABORACIÓN   /   MANOS A LA OBRA

Lavamos bien los tomates y le quitamos la parte superior, que suele ser demasiado dura, para luego partirlo por el ecuador, no por el meridiano 0º. Cada una de las mitades las partimos en no más de ocho “dados” o “cubos”. Vertemos en un bol.

A continuación picamos la media cebolleta en pedazos más o menos grandes, al gusto. El tamaño, en este caso, no importa. Vertemos en el mismo bol. Ahí mismo, verteremos también el perejil picado. Lo aliñamos todo con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y un chorro de vinagre, que si es de Jerez, mejor que mejor. Andalucía también está presente en el aceite, que me lo traen directamente desde Jaén (Buensalud).

Revolvemos con cuidado de no hacer salsa, acariciando los tomates con la cuchara o el tenedor, mezclándolos con suavidad.

Troceamos los chorizos en pedazos irregulares, tamaño “bocado”. En una sartén ponemos a calentar un dedo de aceite de oliva virgen extra y cuando esté caliente vertemos los chorizos y freímos sin que se quemen. Perderán grasilla en el aceite, ¡mejor que mejor! Cuando estén preparados, los vertemos, escurriendo el aceite, en el bol con el tomate, la cebolleta y el perejil aliñados.
Con el aceite todavía caliente, picamos los dientes de ajo en láminas y los dejamos dorar en el aceite donde hemos freído el chorizo y, cuando estén doraditos, al bol también. Volvemos a mezclar con cuidado y ya tenemos la ensalada. En ella confluyen los sabores y las temperaturas, y por el chorizo no os preocupéis que no os va a repetir, de eso se encarga don tomate.

PRESENTACIÓN   /   PARA LA FOTO

Lo podemos presentar en el bol sin más y que cada uno se sirva con una cuchara. Pero si somos más finolis, podemos disponer en cuencos individuales (para 4 o más). Y si ya somos, requefinolis, entonces, cogemos unas cucharitas y rellenamos con representación proporcional y proporcionada de cada ingrediente.

¡Ñam, ñam!

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